Grand Fenwick es un país pequeño que tiene graves problemas en sus instalaciones de abastecimiento de agua. La necesidad de renovar todas las tuberías es casi desesperada: no hay agua caliente y el descontento de la población crece a medida que se aproxima el invierno. Así, el gobierno idea un plan: pedir ayuda a EE.UU. para un presunto programa espacial. Una vez que los americanos les envían fondos, los rusos también deciden ayudarlos. En Grand Fenwick ya hay dinero suficiente para solucionar los problemas internos. Ahora el problema consiste en mostrar al mundo algún resultado de su ficticio programa espacial. Es entonces cuando entra en escena un excéntrico científico, que ha inventado un combustible que se fabrica a partir de vino.