En una pequeña ciudad de provincias, el señor Lavoisier, el doctor Morasseau y el carnicero Filiol emprenden un importante negocio inmobiliario. El único obstáculo para llevarlo adelante lo plantean la señora Cuno y su hijo Louis, el cartero, que se niegan a vender su casa. Louis parece provocar la muerte del carnicero, lo que motiva la llegada del inspector Lavardin. La desaparición de la mujer del médico y de la amante del notario lo lleva a descubrir, mediante métodos poco convencionales, quién es el culpable.