A principios del siglo XIX en un pueblo granadino, el fallecimiento de Juan de Vargas deja en la miseria al hijo de éste, Curro. El cura local se hace cargo del muchacho, pero un buen día éste conoce a la hija del usurero, Soledad, y surge el amor. Falto de medios económicos, Curro emigra a América con la intención de enriquecerse y casarse con la muchacha tras volver a España.