La acción se sitúa en la primera mitad del siglo XVII. Galileo está concentrado en sus estudios predilectos, mientras que en su casa uno de sus criados intenta seducir a su hija: el criado, rechazado, denuncia a su amo ante el Santo Oficio. La casa de Galileo es registrada, sus escritos son retirados, su hija es arrestada y luego confinada en un convento. El tribunal de la Inquisición considera los escritos de Galileo contrarios a los principios de la Iglesia: decreta quemarlos y obliga al científico a repudiar sus teorías.